En 1998, nuestra familia decidió dar un giro importante en su vida, buscando crear algo que nos permitiera convivir en armonía con la naturaleza y preservar la selva para las generaciones futuras. Fue así como nació la idea de dedicarnos al ecoturismo en la Reserva Nacional Tambopata, un proyecto que no solo nos conectaría con el entorno, sino que contribuiría activamente a su conservación. Este sueño comenzó bajo la visión de Cristina Weyrauch, matriarca de la familia Delucchi-Weyrauch y fundadora de Inotawa. Con una determinación inquebrantable y un profundo amor por la naturaleza, Cristina fue la fuerza impulsora detrás de cada decisión que dio vida a este proyecto. Su compromiso con la conservación y su capacidad de liderazgo fueron esenciales para transformar una idea en un refugio que hoy protege y regenera la biodiversidad de Tambopata. Ramón Delucchi, el mayor de los hermanos, trabajaba como fotógrafo y, junto con su padre, dirigía un centro de rescate de jaguares en Huaral. Su trabajo llamó la atención de los medios y les permitió participar en un proyecto de reintroducción de jaguares en la Reserva Nacional Tambopata. Durante esas primeras visitas, Ramón compartió con amigos la idea de iniciar un proyecto que ayudara a conservar el bosque. El ecoturismo en Tambopata emergió como la mejor opción. Explorando los lagos, colpas y rutas de la región, Ramón quedó fascinado con la biodiversidad del sector La Torre, que alberga el lago Cocococha, el lago Tres Chimbadas y otros cuerpos de agua. Además, las colpas de loros y mamíferos ofrecían múltiples actividades, como kayak y turismo rural con las comunidades locales. La búsqueda de un terreno cercano a estos atractivos fue clave. Finalmente, adquirimos una propiedad abandonada, y poco después, otro lote cercano. Con esos terrenos en nuestras manos, comenzamos la construcción de Inotawa, un lodge amazónico en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, rodeado de un bosque tropical exuberante lleno de vida silvestre. La construcción de Inotawa duró dos años. Durante ese tiempo, vivimos en carpas y en una pequeña choza a orillas del río Tambopata, lo que nos permitió conocer los desafíos y maravillas de la selva. En 2001, Inotawa abrió sus puertas, ofreciendo experiencias de ecoturismo en Tambopata que invitaban a los visitantes a sumergirse en la belleza del Amazonas. Desde las excursiones a los lagos Tres Chimbadas y Cocococha, hasta visitas a las colpas de loros La Torre y Chuncho, Inotawa pronto ganó reconocimiento gracias a la recomendación de nuestros primeros visitantes. Desde el inicio, nos distinguimos por la hospitalidad y la flexibilidad de nuestros programas personalizados. Estos elementos, junto a nuestros proyectos de conservación, son motivo de orgullo. Nuestra familia, con raíces peruano-suizas, siempre ha estado comprometida con la regeneración y el uso sostenible de los recursos naturales en Tambopata. Ramón Delucchi, el mayor de los hermanos, trabajaba como fotógrafo y, junto con su padre, dirigía un centro de rescate de jaguares en Huaral. Su trabajo llamó la atención de los medios y les permitió participar en un proyecto de reintroducción de jaguares en la Reserva Nacional Tambopata. Durante esas primeras visitas, Ramón compartió con amigos la idea de iniciar un proyecto que ayudara a conservar el bosque. El ecoturismo en Tambopata emergió como la mejor opción. Explorando los lagos, colpas y rutas de la región, Ramón quedó fascinado con la biodiversidad del sector La Torre, que alberga el lago Cocococha, el lago Tres Chimbadas y otros cuerpos de agua. Además, las colpas de loros y mamíferos ofrecían múltiples actividades, como kayak y turismo rural con las comunidades locales. La búsqueda de un terreno cercano a estos atractivos fue clave. Finalmente, adquirimos una propiedad abandonada, y poco después, otro lote cercano. Con esos terrenos en nuestras manos, comenzamos la construcción de Inotawa, un lodge amazónico en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata, rodeado de un bosque tropical exuberante lleno de vida silvestre. La construcción de Inotawa duró dos años. Durante ese tiempo, vivimos en carpas y en una pequeña choza a orillas del río Tambopata, lo que nos permitió conocer los desafíos y maravillas de la selva.
En 2001, Inotawa abrió sus puertas, ofreciendo experiencias de ecoturismo en Tambopata que invitaban a los visitantes a sumergirse en la belleza del Amazonas. Desde las excursiones a los lagos Tres Chimbadas y Cocococha, hasta visitas a las colpas de loros La Torre y Chuncho, Inotawa pronto ganó reconocimiento gracias a la recomendación de nuestros primeros visitantes. Desde el inicio, nos distinguimos por la hospitalidad y la flexibilidad de nuestros programas personalizados. Estos elementos, junto a nuestros proyectos de conservación, son motivo de orgullo. Nuestra familia, con raíces peruano-suizas, siempre ha estado comprometida con la regeneración y el uso sostenible de los recursos naturales en Tambopata. Los terrenos que adquirimos originalmente estaban afectados por la tala y la agricultura migratoria. Pero con esfuerzo, logramos restaurar la tierra y convertirla en un refugio para la fauna local. Fue en la Comunidad La Torre donde Ramón encontró el lugar ideal para llevar a cabo esta misión de conservación. Aquí, a orillas del río Tambopata, demostramos que es posible convivir con la naturaleza sin dañarla. La conservación, el estudio de la biodiversidad y el turismo regenerativo se convirtieron en los pilares de nuestro proyecto. El nombre Inotawa, que en el idioma Ese’eja significa "hilo verde", simboliza nuestra conexión con el bosque. A lo largo de los años, hemos forjado alianzas con la comunidad local, promoviendo la sostenibilidad y el uso responsable de los recursos. Uno de nuestros mayores logros ha sido el reconocimiento de Inotawa como un Área de Conservación Privada por el Estado Peruano. Este reconocimiento refuerza nuestra convicción de que el camino que elegimos es el correcto. Nos llena de satisfacción ver especies como la sachavaca y el águila arpía regresar a la zona. Hoy, Inotawa es mucho más que un lodge de ecoturismo. Es un testimonio de que, con pasión, compromiso y respeto por la naturaleza, es posible vivir en armonía con el Amazonas y garantizar su conservación para futuras generaciones.